16 marzo 2006

Alta incidencia de sordera en pre-escolares chilenos

“Se estima que entre el 30% y 40% de los niños chilenos presenta retraso del lenguaje y dificultades en el aprendizaje y comportamiento. Estos trastornos podrían estar relacionados, en algunos casos, con la incapacidad para oír adecuadamente”, comenta la doctora Luisa Schonhaut, pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Las causas de hipoacusia o déficit en la audición son muy variadas en los niños: algunas son congénitas, es decir, están presentes al momento del nacimiento y otras son adquiridas, por lo tanto, se desarrollan a lo largo de la infancia. En el caso de las hipoacusias adquiridas las más frecuentes son las que afectan al oído medio, las cuales son conocidas como hipoacusia de transmisión y están asociadas a las otitis media recurrentes. Sin embargo, en todos los casos una detección oportuna y un diagnóstico precoz garantizará a los niños un tratamiento adecuado para prevenir la falta de estímulo auditivo.

Para abordar este severo problema de salud en los últimos años se han implementado políticas sanitarias orientadas a los neonatos y a los alumnos de kinder y primero básico. De hecho, recientemente el plan AUGE incorporó la detección de hipoacusia en recién nacidos prematuros que tienen mayor riesgo de sordera.

Aunque en Chile no hay estadísticas precisas, se calcula que entre uno y tres de cada mil nacidos vivos sufre de hipoacusia severa o profunda, cifra que aumenta considerablemente cuando se trata de sordera moderada. Sin embargo, con esta medida lamentablemente sólo se está cubriendo al 50% de los niños que serán sordos.

“Si bien los que tienen más riesgo son los prematuros, con antecedentes familiares y que han sufrido de otras patologías durante el período de gestación, el otro 50% de los menores sordos no proviene de este universo. Por ello sería más que recomendable que se hiciera el tamizado auditivo a todos los recién nacidos, sin distinción”, recalca Corina Farfán, académica de la Escuela de Tecnología Médica de la Facultad de Medicina.

Cifras alarmantes

Para analizar el tema diversos profesionales y alumnos de la Casa de Bello realizaron el 2005 un estudio gratuito en el Jardín Infantil Sol Naciente de Recoleta, donde llevaron a cabo un tamizaje auditivo a 87 niños, cuyas edades fluctuaban entre los cuatro y cinco años. De ellos 10 requirieron de una derivación al especialista por hipoacusia, es decir, casi el 12% de la muestra total.

Ahora bien, las educadoras sospecharon de déficit auditivo en menos de la mitad de los niños que finalmente necesitaron derivación, siendo –como era de suponer- su sensibilidad más clara en los casos de hipoacusias severas. “Este aspecto ha sido demostrado en investigaciones tanto nacionales como internacionales, por ese motivo la Academia Americana de Pediatría recomienda tamizados auditivos periódicos a lo largo de toda la infancia durante los controles de salud”, recalca la doctora Schonhaut.

En el estudio de Recoleta las hipoacusias detectadas fueron de leves a severas, como consecuencia de problemas al oído medio. “Recordemos que una de sus principales causas son las otitis recurrentes que a largo plazo producen alteraciones a nivel del procesamiento auditivo central, aún cuando las pérdidas sean leves”, comenta Corina Farfán.

Las estimaciones en Chile indican que entre el 60 y 80% de los niños ha tenido en el primer año de vida al menos un episodio de otitis media, y el 50% repite el problema. Asimismo, se calcula que el 10% de los menores en edad escolar tiene pérdida auditiva.

La doctora Schonhaut añade que posiblemente la alta frecuencia de enfermedades respiratorias y alergias, sumado a otros problemas de desarrollo y comportamiento individual y familiar que afectan a los niños chilenos, sobre todo a los menores de escasos recursos, están restándoles aún más la posibilidad de acceder a una formación adecuada y a superar, eventualmente, su condición socioeconómica de origen. “Tenemos que actuar a tiempo como equipo sanitario y educativo, para garantizarles un mejor futuro a estos menores. En esa labor está empeñada nuestra facultad”, dice.

Fuente: Fac. Medicina, Universidad de Chile