22 noviembre 2005

Potencial efecto positivo de aspirina en el cáncer de esófago

El consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como es el caso de aspirina, podría prevenir el desarrollo de tumores de esófago en personas con una especial predisposición a padecer la enfermedad.


Según un estudio publicado en la revista 'Lancet Oncology', ésta podría ser una estrategia segura, barata y eficaz de frenar el desarrollo de lesiones precancerosas en personas que padecen esófago de Barrett.

Este trastorno suele aparecer en el 10% de las personas con reflujo gastroesofágico frecuente y duradero y se calcula que cada año un 0,5%-1% de quienes padecen esófago de Barrett desarrolla un adenocarcinoma esofágico.

Hasta ahora, estos fármacos antiinflamatorios habían demostrado su utilidad para frenar la evolución de pólipos de colon, lesiones precancerosas que pueden derivar en la formación de un tumor. Sin embargo, su papel en otros tipos de cáncer es menos evidente. Una nueva investigación, llevada a cabo por científicos del Fred Hutchison Cancer Center de Seattle (EEUU), apunta ahora que podrían surtir el mismo efecto en el caso del cáncer de esófago.

Los especialistas, dirigidos por el doctor Thomas Vaughan, analizaron la duración y frecuencia del uso de estos antiinflamatorios clásicos en un grupo de 350 personas con esófago de Barrett, a quienes estudiaron durante una media de 65 meses y medio. Sus observaciones demuestran que quienes estaban tomando alguno de estos fármacos en el momento del estudio tenían un riesgo inferior al de quienes nunca se habían medicado. Sin embargo, los beneficios no fueron tan evidentes para los ex-consumidores.

Concretamente, al cabo de cinco años, la incidencia de cáncer de esófago era del 14% entre los pacientes que nunca habían tomado uno de estos AINEs (aspirina, por ejemplo), frente al 9,7% de los 'ex' y el 6,6% de quienes estaban medicándose en el momento actual. Se sospecha que esa reducción del riesgo tiene que ver con el efecto inhibidor de estos fármacos sobre una enzima denominada cyclo-oxigenasa, COX2, cuya producción tiene la capacidad de promover la formación de células cancerosas y anular la llamada muerte celular programada, o apoptosis.

El estudio no encontró ningún beneficio adicional relacionado con la duración o la frecuencia del uso, por lo que sugieren que la protección sólo tiene efectos a corto plazo o "desparece rápidamente al interrumpir la medicación".

Fuente: El Mundo Salud

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