11 octubre 2006

La ganancia de peso entre dos embarazos favorece las complicaciones en la gestación

Las mujeres ya tienen un motivo más, aparte del estético, para intentar volver a su peso normal después de un parto. Ganar peso entre el primer y el segundo embarazo aumenta el riesgo de sufrir complicaciones durante la gestación, según un estudio publicado el 30 de septiembre en la revista The Lancet. Lo más sorprendente del estudio es que no importa si la mujer tiene sobrepeso o no: basta con que una mujer de peso normal engorde unos kilos para que aumenten sus posibilidades de tener complicaciones. Y si la embarazada pasa de tener un peso normal a tener sobrepeso o estar obesa, las probabilidades se disparan.

El estudió analizó el cambio que sufrió el índice de masa corporal (IMC) -que se obtiene dividiendo el peso en kilogramos entre la altura, en metros, al cuadrado- entre el primer y segundo embarazo de 150.000 mujeres suecas, así como la incidencia de complicaciones que sufrieron éstas durante su segundo embarazo. "Nos sorprendió ver que cuanto más aumentaba el peso entre el inicio de los dos embarazos, más aumentaba el riesgo de sufrir complicaciones", comentó a este diario Eduardo Villamor, profesor asociado de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en EE UU, y uno de los autores del estudio.

"Si una mujer que mide 165 centímetros y pesa 63 kilos (su IMC de 23 la sitúa en el grupo de peso normal) gana unos tres kilos -una unidad del IMC- entre el primer y el segundo embarazo, tiene el 30% más de posibilidades de sufrir diabetes gestacional", precisó Villamor, que coordinó el estudio junto con investigadores del Karolinska Institutet de Estocolmo, en Suecia. Pero si esta mujer engorda seis kilos durante este periodo y pasa a formar parte del grupo de personas con sobrepeso, el riesgo aumenta un 100%. Las probabilidades de tener complicaciones se disparan hasta el 200% si la embarazada se vuelve obesa.

"Lo que más nos sorprendió fue observar que aunque la mujer ganara sólo unos cuantos kilos y mantuviera un peso considerado normal, el riesgo aumentaba igualmente", añadió Villamor. Entre los dos embarazos del grupo de mujeres estudiado había pasado, como mucho, dos años y éstas habían ganado unos dos kilos de media.

El profesor de Harvard explicó que las complicaciones más comunes que se observaron fueron el parto por cesárea; la preeclampsia, un trastorno que consiste en un incremento de la presión arterial combinada con una elevada eliminación de proteínas por la orina, así como la hipertensión y la diabetes. También hubo casos de muerte fetal y de bebés que nacieron demasiado grandes por su edad gestacional. En el caso de muertes fetales, el riesgo aumentó el 63% si las mujeres habían ganado tres unidades o más del IMC, que en el caso de la mujer de 165 centímetros de altura y 63 kilos de peso equivaldría a unos nueve kilos o más.


Fuente: El País

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