07 julio 2006

Chileno crea test para detectar versión humana de las vacas locas

Claudio Soto, el biólogo chileno que "persigue" las proteínas anormales del mal de las vacas locas -incluyendo sus versiones en otros animales y el humano-, arremete de nuevo como autor principal de un trabajo que publica "Science".La investigación, que realizó junto a sus colaboradores Paula Saá y Joaquín Castilla, tiene fuertes ecos.

Desde su laboratorio en la Universidad de Texas, el científico informó que la enfermedad en humanos, Creutzfeldt Jacob, lleva a la fecha 180 casos de personas infectadas, casi todas ellas ya muertas.Esos casos, principalmente de Europa y EE.UU., pertenecen a personas que consumieron carne de vacuno contaminada.

En el artículo, los autores presentan un test de sangre para detectar, en etapa aún presintomática, a animales y personas infectados con las proteínas, llamadas "priones", que desencadenan la enfermedad."El test será aplicable en ambos casos; sólo utilizaremos materiales diferentes (anticuerpos)", precisó por teléfono Claudio Soto.

Explicó que los priones en los distintos animales y el hombre sólo difieren en algunos aminoácidos, sus ladrillos constituyentes, como en cualquier proteína.Los priones, antes de transformarse, son proteínas normales del cerebro. Luego, al cambiar su estructura tridimensional, atacan al órgano y contagian al resto al igual que una caja con manzanas podridas.

La variante humana del mal de las vacas locas progresa rápidamente una vez aparecidos los primeros síntomas, que se parecen mucho a los que atacan a los animales en los campos.Éstos son cambios en la personalidad, dificultad en la coordinación motora, desorientación profunda, trastornos del habla, delirio y deterioro general de la función cerebral.Lo que más preocupa a Claudio Soto son los casos de infecciones humanas por transfusión sanguínea, intervenciones quirúrgicas, tratamientos dentales y vías similares.

Los síntomas clínicos pueden permanecer silentes hasta por 40 años o más. Entretanto, las personas parecerán normales, pero con priones que se multiplican en su cerebro.Dos vías de infección"Por estas fuentesde transmisión, muy peligrosas, ya hay tres casos en Inglaterra. Creemos que el total de casos aumentará en millones en unos 20 años más", destacó.

El científico chileno aseguró que los actuales ensayos que realiza la industria alimentaria para pesquisar la enfermedad en animales no la detectan en etapas tempranas.De ahí la importancia de su trabajo, que realizó con hamsters, y que ahora prepara con otros animales y el hombre.Los investigadores se valieron de un método desarrollado por ellos para amplificar los priones, con la propiedad de infectar, como un molde, a proteínas sanas.

Su estrategia de prevención "personal" está bien avanzada. Creó recientemente una compañía para comercializar un test diagnóstico, "Amprion", sencillo de usar en forma masiva. Él es su director técnico y fundador."Este test no sólo será usado en los bancos de sangre, sino que estará disponible para cualquier persona que desee saber si está infectada con priones, humanos o animales", cuenta.

En cuanto a Chile, Claudio Soto sospecha que debe haber casos de personas infectadas, pero sólo estimando los viajes que han hecho los chilenos a Europa."El peor período sería 1986-1994, antes de que se tomaran medidas", indicó.

El científico dio el año pasado la "prueba definitiva" acerca de que los priones son los agentes infecciosos del mal de las vacas locas y sus variantes.Copió la enfermedad en hamster sanos. Reprodujo priones enteramente nuevos.Faltaba demostrar en laboratorio esta revolución de la microbiología: ni bacterias ni virus ni parásitos eran los culpables de estas enfermedades.Estas proteínas anómalas o priones fueron postuladas por Stanley Prusiner, Premio Nobel de Medicina en 1997.

Fuente: El Mercurio

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