10 noviembre 2005

¿De qué está hecha la hamburguesa?

El 37% de los niños británicos ignora que el ingrediente principal del queso es la leche. Para conseguir que los chavales se interesen un poco más por lo que comen y mejoren su alimentación, la Fundación Británica del Corazón acaba de lanzar una campaña informativa que muestra los ingredientes reales de algunas de sus comidas favoritas, como el cartel de la imagen.

"No todas las hamburguesas son hamburguesas buenas. ¿Sabes lo que está en tu plato?", pregunta uno de los lemas de la campaña. Y es que "prohibir comidas o decirles a los niños que no las consuman no es suficiente. Debemos conseguir que comprendan por qué ciertas comidas son menos sanas que otras y animarles a que les interese lo que está en sus platos", dice Peter Hollins, director general de la Fundación Británica del Corazón.

La iniciativa -que coincide con numerosas campañas similares en otros países, ante la creciente epidemia de obesidad infantil- colocará por todo el país vallas publicitarias de hamburguesas, 'nuggets' de pollo o perritos calientes rellenos de cartílago, huesos y otros tejidos desagradables. Estas imágenes quieren dejar patente los ingredientes reales de estas comidas.

A la organización británica le preocupa que los chavales desconozcan los componentes nocivos de algunos de sus manjares favoritos, tal y como ha dejado patente una encuesta, realizada a 1.000 críos británicos. Además del origen del queso, más de un tercio (36%) desconocía que el principal ingrediente de las patatas fritas son las patatas. Muchos niños pensaban que las 'chips' (el nombre de este alimento en inglés) estaban compuestas de aceite, huevo, harina o, incluso, manzana.

"Es escalofriante descubrir que tantos pequeños ni siquiera saben de qué están hechas las 'chips'. Los niños han perdido contacto con las comidas más básicas y no comprenden lo que están comiendo", lamenta Hollins.

La campaña que impulsa su organización, Food4Though (algo así como 'Comida para la reflexión'), pretende que los niños, en especial los de 11 y 12 años, piensen qué contiene su comida y cómo pueden hacer opciones alimenticias más sanas para el corazón.

"Esta campaña va de hablar a los niños en su lenguaje y despertar su curiosidad para que piensen sobre lo que comen y empiecen a pedir opciones más sanas", agrega Hollins.

Fuente: El Mundo Salud

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