25 abril 2006

Trasplante inédito en Chile de glándulas paratiroideas

Utilizando una técnica de vanguardia que se ha empleado sólo en cuatro pacientes europeos, una chilena que sufría de espasmos y trastornos musculares severos, ha recuperado su calidad de vida gracias a una intervención quirúrgica llevada a cabo en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

“Los calambres eran terribles, llegué a estar postrada en mi cama sin poder hacer nada, incluso alimentarme. Mis hijas tenían que acompañarme al baño porque no podía caminar y, además, tampoco estaba controlando esfínter. Tenía dificultades para comunicarme y buena parte del día estaba totalmente agarrotada. Era una situación límite”, cuenta Laura Cabezas, quien recientemente recibió en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH) un novedoso implante de glándula paratiroideas.

La mujer de 44 años fue operada hace algunos años de un cáncer a la tiroides, lo que llevó a la extracción de sus cuatro glándulas paratiroideas, encargadas de regular el fósforo y calcio en el organismo. Estas son bastante pequeñas, del tamaño de una lenteja, y están muy cercanas a la tiroides, por ello fueron removidas al efectuarse el procedimiento quirúrgico, hecho que le provocó trastornos nerviosos y musculares.

“El calcio es un ion muy importante para controlar la contracción muscular, por lo tanto, si la persona no puede regularlo adecuadamente podría llegar a tener dificultades funcionales severas e invalidantes que deben ser tratadas con suplementos de calcio y vitamina D”, explica el doctor Pablo Caviedes, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Sin embargo, algunas personas no responden a la ingesta de calcio oral, por ello deben ser medicadas a través de vías venosas, con los riesgos que esto implica. “Laura estuvo tomando hasta 16 gramos de calcio al día, esto significa que compraba en la farmacia el carbonato de calcio por kilos, lo que puede producir daño renal, además de problemas digestivos e intolerancia. Como no dio resultado y seguía con las crisis, le pusieron un catéter de quimioterapia a través del cual se le administraron ampollas endovenosas suministradas con una bomba que se debe rellenar cada dos días. Si ésta dejaba de funcionar por algún motivo, ella podía morir”, explica el doctor Patricio Cabané, médico de la Facultad de Medicina y cirujano del HCUCH.

La paciente tuvo dos sepsis por el uso del catéter que pudieron haber sido fatales. Por eso, considerando todos estos antecedentes, cuando Laura llegó al HCUCH a solicitar ayuda se evaluó realizar en ella una cirugía inédita en Chile, que sólo ha sido efectuada en España y Alemania: el alotrasplante de glándulas paratiroides.

Laura Cabezas no dudó cuando se le explicó que había un tratamiento experimental para su enfermedad y firmando un consentimiento informado decidió operarse. “Le dije al doctor Cabané: mira, en las condiciones en que estoy si me ofreces sentirme mejor durante un mes, estaré contenta; si resulta durante dos o tres, fantástico. En el fondo, lo único que yo quería era disminuir mis temblores y desconectarme de la máquina para tener una vida más normal y lo logré. Ahora estoy tomando dos gramos de calcio cada ocho horas y vitamina D”, dice con gran optimismo.

Aunque aún tiemblan sus manos, puede caminar con normalidad y no tiene crisis de tetania. Habrá que ver cuál será la evolución de su enfermedad pero, sin duda, su caso es esperanzador no sólo para ella, sino también para otros pacientes chilenos que ya están solicitando esta intervención.

El doctor Patricio Gac, miembro del equipo de cirugía endocrina del HCUCH, recuerda que la patología de tiroides es bastante común, sobre todo en mujeres, lo que hace suponer que –en el futuro- esta técnica podría mejorar la calidad de vida de un importante número de pacientes.

Laura recibió 23 perlitas que corresponde aproximadamente a la secreción de tres glándulas paratiroideas. “A las 24 horas el injerto estaba funcionando y a los tres días había dejado el calcio endovenoso. Después de un mes sabemos que la hormona va en aumento lo que nos tiene muy satisfechos, pero si no funcionara podríamos hacer un segundo injerto que no debiera producir rechazo”, comenta el doctor Cabané.

Cómo funciona
“Los pacientes con estos problemas pueden recibir dos tipos de trasplantes: glándulas paratiroideas sin la barrera del alginato que, en el mejor de los casos, duran 18 meses y cuando son reinjertadas tiene una sobreviva aún menor; y glándulas microencapsuladas que, al menos, en los tres primeros meses tienen una efectividad bastante buena”, comenta el doctor Cabané.

Estos últimos injertos, de los cuales se han realizado apenas cuatro en el mundo, tendrían un resultado limitado entre los tres meses y el primer año de trasplante pero, según han reportado en Europa, después de los 12 meses aumentaría el nivel de secreción de la hormona, lo que, sin duda, es muy positivo para los pacientes. “Estamos frente a una nueva técnica que sigue perfeccionándose, de hecho nosotros hicimos algunas modificaciones para que el alginato tuviera filtros más específicos”, añade Pablo Caviedes.

Fuente: Facultad de Medicina, Universidad de Chile

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