04 agosto 2006

La edad del padre eleva el riesgo de aborto

El riesgo de que una mujer sufra el aborto espontáneo de un embarazo antes de la semana 20 de gestación aumentaría con la edad del padre y sería independiente de la edad materna, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia y del Instituto Psiquiátrico de Nueva York.

Los científicos analizaron los registros prenatales y los resultados posparto de 13.865 mujeres embarazadas entre 1960 y 1970. Hallaron que aquellas con una pareja mayor de 35 años tenían tres veces más probabilidades de sufrir un aborto espontáneo que cuando el hombre tenía menos de 25 años.

Asimismo, los resultados demostraron que el riesgo de aborto era un 60% mayor cuando la edad paterna superaba los 40 años, que cuando el padre tenía entre 25 y 29 años.

Los resultados, publicados en la revista Obstetrics & Gynecology, confirman la teoría de que, como las mujeres, el organismo masculino también está regido por un reloj biológico para la reproducción. "Este estudio demuestra cómo la edad del hombre afecta la posibilidad del aborto espontáneo", dijo la doctora Karine Kleinhaus, del Departamento de Psiquiatría de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia y autora principal de la investigación.

Si bien los hombres producen esperma continuamente, lo que les permite tener hijos a edades avanzadas, su fertilidad disminuye gradualmente a partir de una edad relativamente joven. Así, a medida que su edad avanza, son más propensos a tener hijos con defectos de nacimiento y esquizofrenia. "Esto no es tan sorprendente como podría parecer a simple vista, ya que estudios previos habían demostrado que los hombres mayores tienen más anormalidades en el semen y que sus hijos son más susceptibles a sufrir ciertos defectos de nacimiento", destacó Kleinhaus.

De hecho, la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva estableció los 40 años como la edad máxima para poder donar semen debido al aumento del riesgo de anormalidades genéticas en el bebé.

Fuente: La Nación, Argentina